sábado, 27 de mayo de 2017

Un viejo encuentro - 1

Quejas
Es muy difícil ser buena persona en esta época. Ser social, ser amable, atento, generoso, inteligente, estudioso, una persona de fe y de actuar bien intencionado. Sin vicios, sin adicciones, amante de los animales y la cultura, informado en materia de política local, contexto nacional, noticias internacionales y diferencias culturales. Pasarse de una o de otra puede ser pecado mortal, porque, ay, que vaina, nos volvimos politiqueros, o pedantes poetas, o vulgares pueblerinos o pobres de mierda. También, si nos falta alguna perspectiva, dirán que somos ignorantes: nos falta como información. En la conversación habrá un dejo de desprecio (y, más veces que las menos, no solo el dejo sino una intención total) y no hay opción más que aguantar, porque, a ver, ignorante, ignorante, ignorante.
Ser buena persona en este momento es muy difícil, sobre todo porque no hay manera de esconder completamente todas las cagadas que uno llega a cometer. No hay tiempo para relajarse, tomar asiento, respirar y olvidar, para luego contar con la anécdota chistosa para una futura ocasión. Todos los días hay que llegar a casa y contar que pasó esto y aquello, con lujo de detalles, ahorrar el hecho, describir como me miró el profesor, o como me habló el jefe, o como quise golpear al estudiante, o que las calles son horribles, y para colmo el alcalde es un cafre.
Pero no solo hay que agotar el hecho; hay que pensar, pensar en exceso. Pensar en lo que se dice, cómo se dice, cuándo se dice, a quién se dice, pensar en el contexto político, social, de clase, de cultura y religión. Si me equivoco en el término: me crucifican, me tiran a la hoguera, porque ignorante, ignorante, ignorante. Entonces, además, no sólo hay que pensar en exceso y agotar el hecho, sino que también hay que estar solo, sacar tiempo de la nada para estar sólo y disfrutar de la Soledad. Pero, eso sí, si no le contesto el teléfono se emputa, y si solo veo los mensajes soy un desgraciado. Porque no hay excusa, siglo veintiuno, el mundo inter-conectado, incluso cagamos y hablamos, hablamos, hablamos sin parar sobre los temas que nos interesan y conocemos, y sobre los que no conocemos también hablamos hasta por los codos; sobre los que nos interesan y sobre los que no; y sobre que el mundo es cada vez peor; y que mucho abuso; y todo termina en que ignorantes, ignorantes, ignorantes. Y entonces resulta que, además —y para agregar a todo eso— dormir es pecado y milagro, porque debo ir y resolver, pero descansar ocho horas, no dormir en la tarde pero de todas maneras nunca sobra una siesta después del almuerzo...


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