sábado, 29 de diciembre de 2018

Recuperadas reseña - Frankenstein (o el nuevo Prometeo) de Mary Shelley

Recuperadas reseñas es una serie de reseñas que escribí hace unos años y dejé abandonadas en Internet. Las recuperé y ahora regreso a ellas para ver quién era el que las escribió.

I

La historia de Mary Shelley comienza con un marco de composición muy al estilo las mil y una noches. (¿Quién dice eso? Si tú ni has leído las mil y una noches. Apenas si un par de noches, ¡pero no las mil y una!) Primero encontramos la historia de Robert Walton, un inglés con grandes deseos de aventuras en el mar. El texto se encuentra escrito a manera de epístola, por lo que la historia de Walton está enmarcada en la conversación que sostiene con su hermana. Carta tras carta, la historia se va cerrando, hasta que aparece Víctor Frankenstein en un tempano de hielo. Frankenstein comienza a narrar su historia, que a su vez está dentro de otra epístola que escribe Walton, así mismo como se usa la idea de un diario íntimo para narrar la historia. (¿Y qué con todo eso?)

La novela funciona en los siguientes niveles:

1. Las cartas de Robert Walton
2. El diario de Robert Walton
3. La historia de Víctor Frankenstein
4. La historia de la criatura de Frankenstein


Las cartas son lo que contienen todo. Introducen la historia y generan la expectativa. Luego estas son cambiadas por entradas en el diario de Walton, que a su vez tiene dentro la historia de Frankenstein, quien a su vez narra la historia de la criatura, para luego volver a su narración y después dar paso a los últimos comentarios de Robert Walton al respecto de todo el asunto. (Hasta cierto punto me sorprende mi capacidad para reducir las cosas a un nivel minúsculo. Con respecto a la manera en que está hecha la historia, estoy relativamente de acuerdo. El único problema real que tengo hasta el momento es que está terriblemente escrito. Es como si me hablara una persona completamente diferente. Supondría que es el sentido de volver a encontrar viejos textos e intentar leerlos con una voz propia. Recientemente he estado esforzándome por escribir de manera que parezca que soy yo le que está hablando, como para que quienes me conocen de una vez escuchen mi voz y se imaginen las poses que hago cuando narro alguna especie de historia ridícula, por que, eso sí, siempre tiene que llegar a los límites inimaginables de la ridiculez cotidiana. Esto, por otro lado, hace bastante contraste con lo que digo a la gente de mis trabajo. "Escriba las cosas tal cual son y luego las arregla para que queden bonitas". Muy funcional, como nuestro trabajo, pero en contra vía de todo lo que yo quisiera hacer. No sé hasta qué punto uno pueda relacionar cosas tan cotidianas como esa con Víctor Frankenstein, un tipo sesudo y dedicado que no sabía que era lo que estaba haciendo. Quizá para poder relacionarlo debería dedicarme profundamente a una acción llena de propósito pero con finales inesperados. Si lo relaciono con mi deseo de que al leer esto escuchen mi voz quizá debería esforzarme un poco más para que otras personas escuchen cómo es que hablo y así puedan "entender" lo que escribo en este preciso momento. Quizá debería hacer un podcast. No sé).

Como novela de ciencia ficción no tiene gran valor. No hay, como tal, un desarrollo de la parte científica de la novela (que si bien está presente, no es importante) y entraría más en un género de fantasía limitado por las características de la época. (¿Qué?) Supongo que esto se justifica a sí mismo cuando Shelley introduce los detalles sobre alquimia y ciencias, dando la idea posibles juegos mágicos y no científicos. (Cuando veo este tipo de cosas es que entiendo mi propia estupidez. Me regodeo constantemente en tener la razón. Disfruto a profundidad cuando nadie puede contrariarme, pero es increíble la sensación al ver mi tremenda ignorancia. Es como una ocasión en la que -producto de mi desconocimiento - se me ocurrió escribir que Chéjov nadie lo conocía. Pero en realidad era al revés, es más... sigue siendo así. Yo no conozco a nadie. Ahora, para rectificar mis pensamientos, hace unos años escribí una novela de "Ciencia Ficción" para graduarme de la universidad. Al final, la historia no tiene la ciencia como su eje fundamental, sino los personajes que actúan en la historia. Pasa lo mismo aquí. Yo hice una vil copia. Pero eso no quiere decir que la novela de Mary Shelley no sea una novela de Ciencia Ficción. Al contrario. Si hay entre las dos una que entre más en el género, es la de ella, no la mía. Aunque el meollo del asunto con el monstruo está en que si es humano o no, en que si merece existir o no, tiene suficientes detalles y está tan coherentemente construida -tanto en lo científico como en lo psicológico en todo lo demás -que leerla de tanto en tanto no puede calificarse más que como un placer absoluto).

También puede pensarse que la criatura ha sido una creación en la mente de Víctor, pero la última escena del libro lo desmiente. Ella tuvo -la autora- la manifiesta intención de dar a entender que la criatura era real.

En este punto acaba la reseña original. Inconclusa queda y a parte de esto quedó el siguiente dato:

La primera adaptación cinematográfica realizada de Frankenstein fue hecha en 1910 por una productora llamada Edison Studios. 

Por los menos las tres primeras adaptaciones cinematográficas guardan un nivel de fidelidad alto en relación al libro: 
  • En la primera adaptación (Frankenstein, 1910, Edison Studios) la historia, muda, permite reconocer bastantes de los hechos claves de la historia representados con una singular simplicidad, como por ejemplo el primer encuentro entre el Monstruo y el doctor Frankenstein o la aparición del amigo del Doctor poco después de que el Monstruo tomara vida. Pero al tiempo tiene cambios de historia como el final.
Fin de la recuperada reseña.

1 comentario:

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