domingo, 10 de marzo de 2019

Reseñas recuperadas - Por sus propios medios de Robert A. Heinlein


En una nueva entrega de las reseñas que escribí hace años vengo una vez más con un texto de Robert A. Heinlein, a quien puedo describir en mis propios términos como uno de los escritores que leí sesudamente para poder escribir mi novela de graduación de la universidad. Esto probablemente no tiene mucho significado para todos ustedes, pues el autor se defiende por sí mismo, sobre todo por su más conocido texto, ya llevado al cine, y reseñado por mi en la misma época de la reseña aquí presente, el grandioso "Todos ustedes, zombies".

La reseña:

Esta historia posee una premisa similar a la de Todos ustedes, zombies. La diferencia es el planteamiento. En Todos ustedes, zombies lo que se plantea es un ser de imposible existencia. En Por sus propios medios se plantea un ciclo imposible. Todo comienza con un hombre que trabaja en su tesis de grado. Luego de infinitas horas de trabajo aparece un yo del futuro que lo insta a entrar en un portal del tiempo. Luego llega otro yo de un futuro más lejano que lo insta a detenerse. Luego de esto comienza un ciclo infinito en que él debe asegurarse de que se cumplan todas las acciones que al final lo llevarán a vivir en un mundo distinto y más cómodo.

En este cuento podríamos decir que la perspectiva se centra en la imposibilidad de evitar el actuar de ciertas maneras, una especie de destino se plantea en el relato, en donde los personajes, por más que lo quieran, por más que lo piensen, por más que lo intenten, no pueden evitar actuar como se supone que lo harían.

Esto se ve principalmente por la involuntariedad de estos actos. El personaje demuestra una vida interna completamente ignorada en el otro relato, Todos ustedes, zombies, en donde el narrador sabe lo que hace, es consciente del destino y no hay una sensación de contrariedad evidente a la hora de presentarse ante sí mismo y comenzar el ciclo infinito.

Ahora, como en el anterior texto, es complejo ver la posibilidad de este mundo circular, sobre todo cuando el autor, al final, deja abierta la historia, permitiéndonos preguntarnos ¿Qué pasará contigo, Bob Wilson?


Un conjunto de caras que no tienen sentido
Después de volver me pregunto si hay algún sentido en la búsqueda de la identidad. Así como Bob, yo me encuentro con mis otros yo constantemente y, como el más "viejo de todos" me aconsejo en silencio, no vayas allí, o has de una vez eso que deseas. Me miro en detalle y animo a continuar a ser como fui para poder ahora existir. Aún no se me aparece un yo más antiguo que me diga que entre a ningún portal, o un otro que me diga que no juegue con eso, pero seguro en algún momento tendré la oportunidad de preguntarme qué fue lo que pasó para que terminara así.

Quizá esa fuera la pregunta de Robert A. Heinlein en sus textos. ¿Quienes son esos que aparecen en la vida? ¿No seremos más que nosotros reflejados en el otro? No me resultaría en lo absoluto extraño. Al final, la ciencia ficción y la fantasía no son visiones a un mundo deseado, son visiones al mundo en el que vivimos, solo que un poco más deseables (o nada deseables en algunos casos), son visiones de la realidad, solo que un poco más creativas.

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