viernes, 22 de marzo de 2019

Reseñas recuperadas - Cartas entre Yasunari Kawabata y Yukio Mishima


Sobre dichos textos escribí hace varios años:

¿Podré yo tener un amigo como alguno de esos dos?

La belleza que hay en esas cartas se explica en la magnífica relación que existía entre los escritores. Intereses, sensibilidades, conocimientos y aprendizajes. Estas son apenas cuatro cosas que los unían en un mundo desbarajustado y que exigía de ambos no solo esfuerzo sino también deseo, vocación, incomodidad.

Que se encontraran en este mundo de seguro fue una fortuna para ambos, que se ayudaron no solo en lo espiritual e intelectual, sino hasta lo más mundano de sus vidas.

El que se conocieran significó para cada uno un crecimiento inesperado e inconmensurable. La forma en que las cartas se van transformando con el paso de los años deja entrever como funcionan las relaciones entre ellos, dejan traslucir un poco de su cultura, de la sociedad en la que crecieron; así como también un poco de sus más profundos deseos.

Hay que leer y releer este texto. Es más, vale la pena preguntarse, no solo si llegaré a tener un amigo como ese, sino también si llegaré a ser un artista como ellos.

No sé realmente si sea un pensamiento correcto para este momento, o sea demasiado petulante pensarme como artista, no sé siquiera como pensarme a estas alturas del partido, así que sigo, como en ese entonces, con la envidia. Ojalá pudiera mantenerme sereno y trabajar, trabajar y continuar trabajando en algo placentero, estimulante, pero es cosa de tomar lo que me encuentro e ir convirtiendo todo eso en algo bueno. No lo sé.

Mi apartado favorito de esas cartas en una lista de cosas que Mishima hizo para Kawabata, eran todas las cosas que el escritor podía necesitar para su próxima estadía en el hospital. La lista la armó con ayuda de sus padres, y enviaba todos los mejores deseos de la familia, que ciertamente apreciaban al autor por haber tratado al joven como una especie lejana de pupilo y amigo íntimo.

No sé exactamente cuántos años de diferencia se llevaban (y sé que puedo descubrirlo fácilmente, pero ¿cuál sería la gracia?), pero Kawabata era bastante mayor, así que, en lo que de amistades se trata, fácilmente en cualquier momento, así como uno podría enamorarse de cualquiera, un vínculo muy grande podría formarse con quien apareciera por allí.

domingo, 10 de marzo de 2019

Reseñas recuperadas - Por sus propios medios de Robert A. Heinlein


En una nueva entrega de las reseñas que escribí hace años vengo una vez más con un texto de Robert A. Heinlein, a quien puedo describir en mis propios términos como uno de los escritores que leí sesudamente para poder escribir mi novela de graduación de la universidad. Esto probablemente no tiene mucho significado para todos ustedes, pues el autor se defiende por sí mismo, sobre todo por su más conocido texto, ya llevado al cine, y reseñado por mi en la misma época de la reseña aquí presente, el grandioso "Todos ustedes, zombies".

La reseña:

Esta historia posee una premisa similar a la de Todos ustedes, zombies. La diferencia es el planteamiento. En Todos ustedes, zombies lo que se plantea es un ser de imposible existencia. En Por sus propios medios se plantea un ciclo imposible. Todo comienza con un hombre que trabaja en su tesis de grado. Luego de infinitas horas de trabajo aparece un yo del futuro que lo insta a entrar en un portal del tiempo. Luego llega otro yo de un futuro más lejano que lo insta a detenerse. Luego de esto comienza un ciclo infinito en que él debe asegurarse de que se cumplan todas las acciones que al final lo llevarán a vivir en un mundo distinto y más cómodo.

En este cuento podríamos decir que la perspectiva se centra en la imposibilidad de evitar el actuar de ciertas maneras, una especie de destino se plantea en el relato, en donde los personajes, por más que lo quieran, por más que lo piensen, por más que lo intenten, no pueden evitar actuar como se supone que lo harían.

Esto se ve principalmente por la involuntariedad de estos actos. El personaje demuestra una vida interna completamente ignorada en el otro relato, Todos ustedes, zombies, en donde el narrador sabe lo que hace, es consciente del destino y no hay una sensación de contrariedad evidente a la hora de presentarse ante sí mismo y comenzar el ciclo infinito.

Ahora, como en el anterior texto, es complejo ver la posibilidad de este mundo circular, sobre todo cuando el autor, al final, deja abierta la historia, permitiéndonos preguntarnos ¿Qué pasará contigo, Bob Wilson?


Un conjunto de caras que no tienen sentido
Después de volver me pregunto si hay algún sentido en la búsqueda de la identidad. Así como Bob, yo me encuentro con mis otros yo constantemente y, como el más "viejo de todos" me aconsejo en silencio, no vayas allí, o has de una vez eso que deseas. Me miro en detalle y animo a continuar a ser como fui para poder ahora existir. Aún no se me aparece un yo más antiguo que me diga que entre a ningún portal, o un otro que me diga que no juegue con eso, pero seguro en algún momento tendré la oportunidad de preguntarme qué fue lo que pasó para que terminara así.

Quizá esa fuera la pregunta de Robert A. Heinlein en sus textos. ¿Quienes son esos que aparecen en la vida? ¿No seremos más que nosotros reflejados en el otro? No me resultaría en lo absoluto extraño. Al final, la ciencia ficción y la fantasía no son visiones a un mundo deseado, son visiones al mundo en el que vivimos, solo que un poco más deseables (o nada deseables en algunos casos), son visiones de la realidad, solo que un poco más creativas.

jueves, 7 de marzo de 2019

Aproximación al patetismo


Estoy probando la funcionalidad de este teclado. El teclado está en inglés, entonces es un poquito incómodo, pero, en realidad, no implica ningún problema. Está bastante cómodo escribir en el porque hace ruido, pero no mucho, sino uno mecánico bastante sencillo y hasta agradable. Eso me hace pensar en lo importante del silencio. El silencio es importante para poder escuchar con calma. Creo que es más bien eso lo que me mantiene distante de los lugares apretujados y concurridos. La posibilidad de escuchar completamente lo que está pasando a mi alrededor es algo invaluable. No se imaginan lo desesperante que es sentarse en un lugar a mirar al infinito y no poder ser capaz de escuchar la gente que está sentada a nuestro alrededor.
Hoy me senté un rato en un café de un centro comercial. Es un café normal, tiene mesas, ventanas, sillas cómodas para sentarse un rato, pero no tanto como para pasar horas ahí está diseñado como un lugar de paso para la gente que entra y sale del centro comercial. Venga, siéntese aquí cómodamente y hable sobre las banalidades de su vida como si tuviera todo el tiempo del mundo, y apenas su culo se sienta incómodo levántese y deje a otro tomar el puesto de la falsa bienvenida.
Incluso las sillas acolchonadas, los sillones bajos que supuestamente están ahí para que uno descanse más cómodamente, son una mera ilusión de bienvenida. Al ser tan bajitos con un solo unos pocos minutos ya uno está listo para salir a dar una vuelta. Muy tercos todos nosotros, intentamos sentarnos en esos lugares durante horas para pasar un buen rato. Resulta insoportable ya quedarse en casa, silenciosos, tranquilos, rodeados por nuestras cosas. Lo que necesitamos es salir a que la vida nos rodee y nos muestre todo el exceso que hay sin que podemos entender de dónde demonios es que sale la música de ambiente del local, o donde es que se bota la basura que el anterior cliente dejó en la mesa, o cómo se supone que uno aproveche las mesas de afuera durante tiempos de lluvia. Salimos a encontrarnos con un montón de cosas que es imposible comprender de primera y las cuales hay que catalogar como “conceptuales” o “de la high” como para sentir que tiene un lugar para alguien y no es ese lugar que, de cierta manera, nos repele a todos sin ningún tipo de miramiento.
Me quede o no igual estaré pensando en salir mañana en la mañana para ver si me encuentro con alguien. Por que lo que me la paso buscando es un encuentro casual e inesperado con alguien que no haya visto en mucho tiempo. La realidad es que no hago sino desear encuentros fortuitos, ha pasado mucho rato desde la última vez que me encontré con una persona. Me la paso rodeado pero solo, el mayor problema de la cotidianidad es ese, que salgo a la calle a escuchar las conversaciones de las muchachas y a buscar si alguna quizá me mira a los ojos cuando camino por la calle, pero así haya un cruce de miradas no hay ningún encuentro, no soy sino un tipo que anda por las calles consumiendo ruido para llenar la soledad y que no puede evitar quejarse de esa vida sin más acciones que mantenerla.

domingo, 3 de marzo de 2019

Reseñas recuperadas - Bóvedas de Acero de Isaac Asimov

Entre las otras reseñas que me encontré por ahí, de esas que escribí a las patadas hace más de tres años, veo la mucha mierda que intentaba hablar. Con dotes de grandilocuencia escribí lo que creí una reseña (o lo que creo que creí que era, porque la dejé abandonada así como si nada) y que aquí saco al mundo tras eliminar uno que otro detalle vergonzoso que dejara en evidencia mi magna ignorancia sobre los asuntos que intentaba tratar:


La estructura de la novela policíaca ha adquirido ya el nivel suficiente para ser llamada clásica, y uno de los hechos que soportan esto es el que Asimov utiliza la idea básica de un relato policíaco (crimen, teorías del detective, resolución) en más de una de sus novelas (Además de Bóvedas de acero, también lo hace en El sol desnudo e incluso podría decirse que en El fin de la eternidad hay una trama policíaca de fondo). Esto podría explicarse por la cercanía de esta estructura con el método científico.

Pensémoslo únicamente al nivel de un esquema ensayístico (tesis, hipótesis, conclusión) y podríamos encontrar la cercanía y el motivo para que este científico prefiriera el relato de detectives para introducirnos en sus mundos de ciencia ficción. Y por cierto, esto viene a ser un gran logro por parte del escritor, pues el efecto de este relato policíaco en el lector es inmediato. El mensaje que intenta transmitir Asimov es mucho más profundo que la trama misma de la novela, y por eso se hace tan placentera de leer.

¿Cuáles son los mensajes de Asimov?

Que la tecnología debe avanzar con una ética propuesta, y esto se ve por todas las actitudes que toman los Espaciales en relación a la evolución de la raza humana.

Que la educación es la herramienta que llevará a las sociedades a la supervivencia, pues la mayor parte de los personajes se hacen mejores en cuanto pueden salir de su generalizada ignorancia sobre lo que sucede en su alrededor: y esto aplica tanto para los humanos como para los Espaciales y los robots.

Que la fe es un lenguaje que aplica para todas las esferas, y esto lo vemos con el uso de la parábola de la mujer adúltera que no es lapidada debido a las palabras de Jesús.

Hay una gran cantidad de elementos que pueden mencionarse, pero, luego de leer otras de sus novelas, de estar seguro que en términos de profundidad filosófica esta podría ser una de las más ricas, cabe decir que, no sé si por ser yo el lector o por una especie de distancia temporal, al final solo me preocupaba si Elijah Baley había sido ascendido al rango C-6.

Para cerrar mi comentario, todo falto de diligencia y seriedad, daré un poco de contexto a la historia que estaba "reseñando": Elijah Baley era el detective famoso. Tan famoso que lo llamaron Espaciales (seres vivos en una jerarquía superior al de la raza humana) para que dilucidara el misterio de un asesinato cometido por un robot. Cosa insólita, obviamente, pues las tres leyes de la robótica impedían que un robot dañara, así fuera por accidente, a un ser humano:
  1. Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.
  2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
Siendo así, Elijah tenía el reto de descubrir quién entre los inocentes y libres de mal Espaciales había cometido el crimen y, en el proceso, generado una duda que ponía en riesgo la estabilidad de los planetas.